Las ondas que agarra uno

Fuí­ a un XV años el viernes, nótese que cada que voy a un evento me tomo fotos (aprovechando que me bañé y porque últimamente he andado muy coqueta). El otro dí­a estaba pensando el cómo, uno agarra ciertas ondas en cada etapa de su vida. Cuando estaba en la preparatoria yo era un poco antisocial, tení­a mi novio y tení­a amigos, pero no era de que anduviera de fiesta en fiesta o en los bailes, no me sentí­a agusto. Las tardes saliendo de la escuela, sino salí­a con el novio me encontraba en casa estudiando. Mamá me decí­a: “Mija salte, ve a bailes, diviértete… nadamás quieres estar encerrada estudiando…” y lo único que hací­a yo como respuesta era una cara de fuchi, porque no tení­a ganas. Pero valió la pena, mi preparatoria prácticamente fué gratis gracias al promedio. Lo mismo ocurrió cuando entré a la Facultad, lo que fueron los cursos iniciales y el primer semestre de carrera prácticamente era una ratoncita de biblioteca. Para cada tema que iba a presentar, leí­a como 5 libros diferentes y hací­a los ejercicios de todos ellos para que en el examen no me saliera nada nuevo. Y como bien dicen “crea fama y échate a dormir”, me tacharon de ñoña en la facultad y así­ fué hasta que me gradué, siendo que despues del segundo semestre de carrera mi vida se volvió un desmadre y la escuela la dejé en segundo término. Creo que mi desmadre comenzó cuando ganamos las elecciones estudiantiles y me eligieron tesorera de la Sociedad de Alumnos. Eso provocó estar en el mitote de toda la facultad e involucrarme en todo evento social. Me costó mi promedio, porque a veces habí­a necesidad de faltar a clases o de a tiro ya me daba flojera estudiar y preferí­a estar de fiesta. Hasta que dos de mis profesoras (para los que son de FCFM han de conocer a Mirtala y Rosy Gamez) me jalaron las orejas y me dieron consejos para ponerme al tiro de nuevo con la escuela, lo cual les agradezco mucho porque aprendí­ a nivelar la relación escuela-diversión y al final de la carrera pude obtener mi titulación por Mérito Académico.
Luego conocí­ el internet y pues lo primero que te llama la atención es conocer gente y eso le dió otro giro a mi vida. Por ese medio he conocido a mis mejores amigos que aún veo en la actualidad, tanto tuve satisfacciones como sustos… Ya por séptimo semestre me quedé en casa de mi tí­a a vivir por un semestre y fué cuando conocí­ los antros. Mi prima M y yo comenzábamos el fin de semana desde el jueves (de barra libre en el f…a…r), viernes y sábado era de Barrio Antiguo o Centrito, eran unas desveladas brutas pero las aguantaba muy bien (tení­a 19 años). Ya cuando cumplí­ 20 años (casi 21) comencé a trabajar y fué otro rollo, me divertí­a (moderadamente), pero recuerdo que entre los 20 y los 23 años fué un desmadre en cuanto a lo sentimental (eso no lo voy a contar jiji). De mis 24 a los 27 fué serenidad total y pues es el tiempo que llevo bloggeando. Empecé mis 27 pensando en volver a vivir mis 19 y aprovechar el pegue que me estoy cargando de hace unos pocos meses para acá… mmm… las ondas que agarra uno.

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